Exit democracia

Tras doce años de débil vuelo, ayer encontró su final la democracia panameña. La estocada final la dio el partido gobernante, con su anuncio de que no realizará elecciones primarias. Desde hace meses esto se veía venir. Ayer también, el mejor precandidato presidencial, Alberto Vallarino, frustrado por las zancadillas del arnulfismo y huérfano de partido político en un régimen que no permite la libre postulación, anunció que no aspirará a la presidencia en el 2004.

Si el gobierno actual hubiese querido reforzar nuestra débil democracia, desde que tomó el poder debió haber implementado la segunda vuelta electoral y la libre postulación a todos los cargos de elección. Muy por el contrario, el gobierno no solamente no hizo esto sino que, para terminar de aniquilar la poca democracia que disfrutábamos y oficializar descaradamente la partidocracia que desde hace lustros nos tiraniza, introdujo hace unas semanas las reformas electorales que eliminaron la obligación de los partidos políticos de realizar elecciones primarias.

Con la renuncia de Alberto Vallarino a sus aspiraciones presidenciales no es Alberto Vallarino el que pierde, sino Panamá y los panameños, pues se esfuma la esperanza de un buen gobierno. Miles de electores independientes, cansados del doble discurso del arnulfismo y moralmente impedidos de votar por el PRD, veíamos en la candidatura del Ing. Vallarino la única opción potable para el 2004.

Pueden entregarle desde hoy la presidencia a Martín Torrijos, pues nadie sino él será el candidato del PRD. El arnulfismo, falto de líderes y con el karma de los desaciertos de gobierno actual, no tiene ninguna esperanza en las próximas elecciones sin Alberto Vallarino como candidato. Así pues, pronto tendremos otro gobierno PRD, el segundo en el lapso de tres elecciones democráticas post-dictadura. Que Dios nos ampare.

Roberto Pérez-Franco
07/Ene/2003