Oda sentida a Ascanio Arosemena
Seres borrados por los siglos están velando por nosotros desde lejos.
- Francisco Luis Bernárdez
Mira dónde estoy, Ascanio:
parado junto a la brecha
que abrieron colosos brazos
que ayer te hicieron afrenta
En tierra, tus huesos santos;
los míos, buscando tu fuerza
para seguir trabajando
y que Panamá florezca
La vida no es justa, hermano,
o serías tú el que estuviese
cargando en tus hombros barcos,
batiendo en sueños las hélices
Yo - ensombrerá'o con cutarras -
viviría en mi pueblo heroico,
no en esta Ciudad de marras,
donde Ascanios quedan pocos
Pero eso dictó el destino:
que tú entregaras tu sangre,
y, con el valor más fino,
murieras por mí, delante
del pelotón de patriotas
que tuvieron el coraje,
de marchar hasta la Zona,
a vencer al Arrogante,
con la patria como axioma...
¡y la bandera ondulante,
envuelta en una saloma!
La historia es absurda: quiso,
cuarenta años tardía,
que fuese yo el heredero
de gesta tan singular
y con mérito académico
- pero sin tu valentía -
viniera desde tan lejos
a servirte en el Canal
Del suelo donde reposas
el Gigante ha sido echado;
han vuelto a nacer las rosas:
el trabajo ha comenzado
Tu bandera se enarbola
soberana en dos océanos
Es de tu patria la Zona;
la Vía, de tus hermanos
Serías tú el intelectual,
ahora que el día ha llegado,
que dirigiera el Canal,
¡si no te hubieran matado!
Sólo pido a Dios, Ascanio,
el ser digno recipiente
del íntimo sacrificio
que tú hiciste por tu gente
Roberto Pérez-Franco
06/Dic/2004
Este poema está dedicado a Ascanio Arosemena, el primer mártir panameño de la gesta heroica del 9 de enero de 1964, quien murió abatido por una bala norteamericana mientras ponía a salvo a heridos panameños desarmados. Fue escrito cuando el autor ingresó a la fuerza laboral del Canal de Panamá. Apareció en el boletín literario 'Palabras Sueltas' (05/ene/2005) y en la sección de 'Letras de Fuego' del diario 'La Estrella de Panamá' (09/ene/2005).