De aquí
Alcanzo la cumbre de esta prominencia
y erguido contemplo lo que hemos creado
de un pueblo de parias perdido en la selva
tras cinco centurias de férreo trabajo.
De aquí veo las casas, los niños, los perros,
la iglesia bicorna, los barcos lejanos,
los barrios que crecen comiéndose cerros,
las ruinas que quedan cubriendo los llanos.
También veo la costa, la ciudad entera,
las nubes preñadas (color gris profundo),
el manto de bosques que abriga la tierra
de aquí hasta la curva donde acaba el mundo.
Fuimos los esclavos y conquistadores.
En nombre del Cristo matamos, robamos.
Indio, negro y blanco, riqueza y labores
(va medio milenio en dolores de parto).
¿Qué será de ti, oh mi patria querida
si sigues a manos de ladrones necios?
¿Cuánta sangre más verterás por la herida
de aquí hasta que pagues de la paz el precio?
Roberto Pérez-Franco
11/Ago/2004