volviste

Esperaste a que el sol se ocultara,
esperaste a que mi cuerpo relajado descansara en un hondo sueño,
esperaste a que mi mente echara a volar libremente
por mi estancia,
por mi pueblo,
por mi pasado,
esperaste con paciencia...

Anoche dejaste de esperar:
viniste con el viento de verano,
ese que trae perfumes de jazmín y de nostalgias,

Te metiste en mi mente,
reapareciste en mi sueño,
y con ello,
resucitaste mi pasión por ti,
y reviviste el amor de mi corazón

Apareciste tú,
mi bella,
luciendo igual que cuando nos amábamos,
caminando hacia mí sobre las arenas de la playa.
Y me abrazaste para fundirte conmigo en un beso de fuego,
igual que ayer

Sabía - aún entonces, mientras te besaba -
que aquello era sólo un sueño.
Deseé en ese momento
que ese sueño fuera mi vida
y que mi vida fuese un sueño del pasado,
para quedarme para siempre en ese mundo irreal
amándote
sin celos,
sin dolor,
sin límites

El amor de los sueños es eterno,
mas los sueños de amor no lo son

Así, desperté:
tú te escapaste fugaz
como una estrella que se apaga cuando despunta el día,
dejándome los labios mojados de tu boca
y los cabellos revueltos por tus caricias

Habías desaparecido:
al irte te llevaste mi pasión por ti
y el amor de mi corazón,
igual que ayer

Quedé solo nuevamente,
tendido sobre mi cama,
acariciando los dulces recuerdos del pasado...

Roberto Pérez-Franco