el amor que pudo ser
¡Qué hermoso y pleno
pudo haber sido este amor de nosotros,
este amor tuyo y mío!
Este amor que nunca nació,
o que nació en una noche
marchitándose luego,
frustrado por la nada,
por la locura propia de nuestra propia tristeza,
o por el olvido
Dime, bella,
¿sabes acaso qué impidió a mi corazón florecer en tu pecho,
o qué frenó tu entrega, tu apertura, tu pasión?
Me parece que este amor de nosotros,
hermoso, pleno, inexistente,
brilló un instante en nuestro cielo a oscuras...
¿No sentiste su fulgor deslumbrar tus ojos,
esos ojos vivaces que habías cerrado para mí?
Fue un relámpago furioso en mi noche tormentosa,
y su trueno tierno aún hace temblar mi pecho vacío
Todavía hoy su estruendo retumba en mí,
así como el eco sigue viviendo en una caverna hueca,
así como persiste el perfume de una rosa seca y deshojada,
o de un botón que aún no ha abierto sus pétalos al sol
Así te siento,
como el amor perfecto, etéreo, irreal,
el amor que pudo ser y no fue, sin una razón,
el amor que aún puede ser, y sin embargo no será nunca
Igual que retumba el diapasón con la insinuación lejana de la nota precisa,
así sigue vibrando mi corazón al ritmo de tu nombre
y del suave oscilar de tus caderas de diosa
¿He de confesarte mi agonía?
Todavía sueño con besar tus labios finos,
esos que sólo en mis delirios han sido míos
Siento nostalgia...
...por no tener tu compañía
que, en verdad, nunca tuve
...por percibir tu contorno,
curva indefinible,
mi complemento exacto,
tan lejana y ajena
...por acariciar tu pelo,
bandera libre,
briosa, soberana,
que ondula arrogante a mil millas de mí
...por sufrir con tu soledad,
y tu tristeza leve, incierta,
doliéndote tan cerca de la mía
...por sentir que ambos morimos de sed
estando tan cerca esta fuente de vida
que nos espera generosa
No nos amamos, bella, lo sé bien,
¡pero qué bello pudo ser
este amor entre nosotros!
Roberto Pérez-Franco