El hombre que buscaba a Dios

Un día, un hombre decidió que lo único que haría sería buscar a Dios hasta hallarlo. Dejó a un lado todas sus ocupaciones y se dedicó únicamente a buscar a Dios con todas sus fuerzas, día tras día. Tiempo después, Dios se apiadó de él, se le presentó y le dijo:

Heme aquí. Éste soy Yo, el Dios que tú buscabas. Ahora dime, ¿quién eres tú?

El hombre, al tratar de responderle, se dio cuenta de que no se conocía a sí mismo. Apenado, guardó silencio.

Roberto Pérez-Franco
1995