Carta a mi padre

"Nunca olvides, hijo mío, que eres
mi prolongación en el tiempo y el espacio".
- Joaquín Pablo Franco Sayas

Padre mío, que eres mi hermano,

Te agradezco por darme tus genes. Te agradezco por heredarme un nombre limpio, del cual puedo sentirme orgulloso, con la frente en alto ante cualquiera. Te agradezco por regalarme una hermana hermosa, espejo de mi alma, consuelo de mis dichas. Te agradezco por enseñarme, con tu ejemplo, a ser un hombre de bien, de provecho, de iniciativa. Te agradezco por creer en mí, y por invertir tu tiempo y tus recursos en hacerme llegar aún más lejos de lo que tú has llegado. Te agradezco por apoyarme en mis proyectos, lanzándome a volar en mi propio cielo. Te agradezco por retarme y desafiarme, moviéndome a vencerme a mí mismo. Te agradezco por perpetuarte en mí, a través del tiempo y del espacio.

Sé que no es fácil ser mi padre. Me has formado en mi infancia y orientado en mi adolescencia. Ahora, el hombre en que me he convertido ha salido a la luz. Que un hombre nuevo con ideas propias surja al abrigo de otro hombre de vasta experiencia no es fácil, pero es necesario. La siembra ha sido un éxito. Se acerca la hora de cosechar. ¡Disfrutemos, padre y hermano mío, de esta abundante cosecha que nos espera! Disfrutémosla junto a mi madre y mi hermana. Y demos gracias a Dios, nuestro Padre común.

Tu hijo
20/Jun/1999