Una gota de esperanza

La siguiente entrevista fue realizada por el escritor y periodista Leadimiro González, en la forma de una breve conversación con el autor en las oficinas del diario panameño El Siglo. La transcripción, que presentamos aquí con algunos retoques, fue publicada en dicho diario el día 20 de Noviembre de 2005.


¿Esperabas ganar el Premio de Cuento José María Sánchez 2005?

Yo estuve preparando esta colección de cuento durante tres meses antes del concurso. Incluí material que tenía escrito desde hace entre doce y quince años, y lo pulí. Como consideré que el material era de buena calidad, lo envíe al concurso. Tenía un buen presentimiento, porque juzgué que los cuentos estaban a la altura de los ganadores del año pasado, y pensé que tenía una buena oportunidad. Tenía una gran corazonada y me dieron la buena noticia que fui el ganador.


¿De qué trata el cuentario Cenizas de Ángel?

Tiene 15 cuentos distintos. Contiene temas regionales, temas fantásticos, anecdóticos que pueden catalogarse de realismo, algo de realismo mágico, ficción al estilo de Poe... en fin, es un muestrario de estilos, más que una colección. El cuento que le da título al libro habla sobre los curanderos de una tribu ficticia que me inventé, a quienes llamo "Chicuyos" y los ubico en Darién. Ellos, en su filosofía, consideran que el bien y el mal son dos caras de la naturaleza, que Dios en sí no es exclusivamente bueno ni malo, sino ambas cosas al mismo tiempo.


¿Es la primera vez que ganas un premio literario?

Es la primera vez que gano un premio. Anteriormente había obtenido menciones honoríficas. Gané una segunda mención honorífica en el '98, precisamente en el José María Sánchez, y también otra mención en el Congreso de Esperanto, en la ciudad de Sarajevo en 2001, con el cuento Cierra tus ojos. Ésta es la primera y última vez que gano un Sánchez, porque solamente se puede ganar una vez este Premio.


Entonces aspiras a alcanzar otros objetivos literarios.

Mis objetivos ahora consisten en ganar el Sinán, el Concurso Ricardo Miró o un Premio Internacional.


¿Qué representa para ti haber ganado el José María Sánchez?

Para mí es un hecho muy alentador. Yo no soy un escritor a tiempo completo, como la mayoría de los escritores en nuestro país no lo somos, con excepciones notables como Ernesto Endara, porque la mayoría tenemos que balancear la creación literaria con nuestra profesión. Para un escritor que escribe en pequeña parte de su tiempo, existen dudas sobre si el material es de buena calidad. Entonces, ganar un concurso es como un espaldarazo, un voto de confianza y a la vez un incentivo para seguir escribiendo. Es una gota de esperanza de que en el futuro pueda producir incluso cuentos más dignos de aparecer en antologías.


Dices que no eres un escritor de tiempo completo. En ese sentido, ¿cuál es tu horario para escribir?

No tengo el hábito de escribir a diario, ni siquiera cada semana. Aproveché que estoy en la coyuntura entre dos títulos universitarios, para escribir. Acabo de terminar, hace dos años, mi maestría de logística y estoy preparándome para empezar un doctorado. Pero suelo escribir los fines de semana y en las noches. Ahora tendré que ponerme la meta de escribir más, pero no concibo que uno pueda escribir de siete a nueve o de cinco a seis.


¿Crees en la inspiración?

Yo sí creo en la inspiración como la fuerza motora del inicio de un cuento, pero una vez que lo tienes ya en el papel no es la inspiración la que te mueve, sino la disciplina, y tienes que pulirlo y pulirlo, aunque no tengas ganas.


¿Influencias literarias?

Jorge Luis Borges, no tanto en el estilo, sino más bien porque me estremeció con su definición de lo que es un cuento, y me hizo cuestionar cómo yo definía un cuento. Mi influencia más temprana es Eustorgio Chong Ruiz, algo de Cortázar, Maupassant, Allan Poe, Roberto Arlt, y a escala local todos tenemos un poco la influencia de Sinán y Jaramillo Levi.


Escribes cuentos. ¿Has incursionado en otros géneros?

He hecho intentos, diría con poco éxito, en el ensayo y la poesía, pero donde mejor me ha ido es en el cuento y en el artículo de opinión, que escribo sin miedo porque no tengo ataduras que me amarren la lengua. Pero he tenido mejor suerte en la prosa que en el verso, aunque en dos de los cuentos de la colección aparecen cuentos con prosa lírica, que tienen mucho de poesía. De modo que aspiro a emigrar a la poesía, sin abandonar el cuento.


¿Cómo ves la literatura panameña actual?

Creo que en Panamá se está dando una buena oportunidad para publicar, y desgraciadamente eso está causando un efecto negativo, porque mucha gente se está apresurando a publicar. Decía Borges que a principios de siglo la gente se preocupaba más por escribir que por publicar. Yo siento que en Panamá nos interesa más publicar que escribir, y echamos a la luz pública textos que están crudos. Y en ningún género ese problema es más claro que en el cuento. De allí que pienso que hay que hacer una buena literatura y pulir nuestros trabajos. A la literatura panameña le hace falta más paciencia y maduración.


¿Qué te parece el Premio José María Sánchez?

A mí me parece que el José María Sánchez cumple una función importante. Es un concurso que tiene reglas especiales porque solamente te lo puedes ganar una vez. Eso es una protección para los escritores. Además, es un premio que no tiene mucha recompensa en efectivo, porque sino atraería a grandes escritores. Cumple una función muy importante con los escritores noveles en el género de cuento. En mi opinión, el José María Sánchez se ha convertido en el segundo concurso de cuento más importante en Panamá después del Miró.


20/Nov/2005