Tres libros de cuento y un poemario

En el plácido e ilímite mar de las tarjetas navideñas con que el correo nos inunda en estos días, me han llegado cuatro libros que me han brindado unas horas de intenso solaz y ensanchado el orgullo patriótico. Tres son los libros de cuentos y uno de poesías: los primeros escritos por Roberto Pérez-Franco y el otro por Eka Pérez-Franco.

Roberto Joaquín es uno de los escritores más depurados, sobresalientes y admirados de mi patria, Panamá.

Confesiones en el cautiverio recoge unos diez relatos originales que retratan una genuina e indudable vocación de escritor en quien confluyen talento, seguridad, desenvoltura, esmero y perfección.

Roberto Joaquín Pérez-Franco es un escritor culto. Maneja todos los resortes del idioma español con fiabilidad, estabilidad y seguridad; no emplea vocablos fútiles, superfluos y ociosos, y procura eludir el rebuscamiento, el artificio y la afectación. Como su vocabulario es rico, caudaloso y amplio, puede individualizar sus personajes y trazarlos con caracteres inconfundibles.

Cuando florece el macano es una selección de cinco cuentos de antología. En el reducido espacio de una glosa periodística no puedo enumerar las excelencias de cada relato, pero puedo asegurar que todos son dignos de figurar en el más exigente florilegio de cuentos hispanoamericanos. Y en esto no hay hipérbole generosa, sino un estricto apego a la verdad.

Cierra tus ojos es un apretado haz de cuatro cuentos donde Pérez-Franco confirma su magnificencia de narrador eminente y su destacado perfil de psicólogo que penetra en las zonas recónditas del alma humana para mostrarnos los hechos que mueven los resortes de la intimidad donde se anidan la bondad, el temor, la ansiedad, la incertidumbre y la angustia.

Voz desnuda es el primer poemario publicado por la doctora Eka Pérez-Franco, una linda odontóloga que alterna entre el ejercicio exitoso de su profesión y el estremecido pulsar de la lira.

Tierna, tenue y sutil, las palabras en sus versos se transforman en latidos, quejas, súplicas, nostalgias y promesas. Ella sabe llevarnos de la mano por los vericuetos del corazón enamorado, hasta las precipitaciones del deseo, las luminosidades de la ilusión y las placideces del ideal.

Creo que Eka es una de los más fulgurantes astros de la lírica contemporánea de mi patria. Y, si siendo joven ya ha alcanzado tan elevadas cimas, ¡qué inconmensurables niveles le habrá de reservar el mañana!

Eduardo Ritter Aislán
18/Dic/2000

El autor es diplomático y escritor panameño. Esta crítica literaria fue publicada en el diario La Prensa Gráfica de El Salvador el 18 de diciembre de 2000 y La Prensa de Panamá el 3 de febrero de 2001.