Comentario sobre 'El Sueño' | Crítica

Un cuento muy notable incluido en la antología de minificción Tierra breve es El sueño, del panameño Roberto Pérez-Franco. El mundo onírico ha sido tema recurrente de narradores y poetas desde muy antiguo. La razón es obvia: pocas experiencias humanas son tan comunes y a la vez tan enigmáticas como los sueños, en todas sus variadas formas, desde la visión plácida hasta la pesadilla. No es fácil, por lo tanto —no después de las piezas narrativas del folklore chino o la oniromancia bíblica, o, mucho más cerca de nosotros, de las cúspides literarias de Jorge Luis Borges—, concebir un microrrelato sobre sueños que con solvencia haga frente a los riesgos (casi inevitables) de la tautología o la ordinariez. Pienso que este breve texto de Roberto Pérez-Franco demuestra que incluso las temáticas mayormente abordadas por escritores de todas las épocas, con su consiguiente variedad de estilos y facturas, pueden revisitarse en nuestros días con incuestionable éxito, siempre y cuando exista el suficiente talento, la necesaria inspiración y esa “herramienta” psicológica de la que ningún buen autor de ficción ha prescindido jamás: la capacidad de asombro ante el misterio.