Toro capa'o
Arias Calderón retó a tu presidente a un debate público para discutir sobre la moralidad de la reelección y sobre sus respectivas vidas, obras y finanzas. Como era de esperarse, Su Alteza Real no ha aceptado el reto. Lo comprendo perfectamente: si yo tuviera su pasado, tampoco aceptaría un reto tan peligroso.
La noche que el reto se produjo, tuve un sueño. Soñé que Panamá era un potrero verde, muy verde. En ese potrero ví a un animal, que al principio no reconocí. Pensé que era un puerco, luego me pareció un burro, pero cuando me acerqué más, pude verificar que era un toro. Pero no era un toro normal, ni mucho menos. Era un toro con franjas, como las zebras, pero sus franjas eran rojas, azules y blancas. Miré alrededor del bovino, y me percaté de que había esparcido abundantes pilas de excremento a lo largo y ancho del potrero. Entonces, en mi sueño, una monja verde apareció, y se paró delante del animal, y le gritó:
- ¡Te reto!
Y el animal se dio la vuelta y se fue. ¿Cómo, si es un torazo, le tiene miedo a una simple monja?, pensé en mi sueño. Entonces, una sospecha me invadió. Me fijé mejor. Verifiqué que ese toro no estaba completo. Estaba capado.
Cuando me desperté, caí en cuenta de que el toro de mi sueño no era un toro: era un ladrón disfrazado de toro. Y la monja tampoco era una monja: era un Quijote disfrazado de monja. Y todo se hizo más claro ante mis ojos...
Roberto Pérez-Franco
17/Jun/1998